Pronunciamiento en relación a la situación que atraviesan jubiladas y jubilados

Como integrantes del Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones, compartimos, adherimos y difundimos el posicionamiento acordado en la última sesión plenaria ordinaria, en relación a la situación que atraviesan jubiladas y jubilados en nuestro país.
Acompañamos en su lucha y reconocimiento a Jubiladas y Jubilados
El Consejo Consultivo Honorario en Salud Mental y Adicciones en ejercicio de sus funciones advierte sobre los efectos gravemente perjudiciales sobre la Salud Mental de la población de Jubiladas y Jubilados por el deterioro persistente y continuado de sus ingresos, así como de la precariedad y falta de prestaciones que a través de la Obra Social Nacional PAMI deben garantizarse.
Fundamos nuestro posicionamiento en lo referido por la Ley Nacional de Salud Mental que en su art 3 sostiene: «En el marco de la presente ley se reconoce a la salud mental como un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona.»
Acompañamos y apoyamos a las jubiladas y jubilados en el reclamo por el respeto constitucional de la Ley de Movilidad Previsional, así como el derecho de todo ciudadano de reclamar por lo que considera justo.
Frente a lo sucedido en los últimos días, repudiamos la actitud de los representantes en el Congreso que toman decisiones de espalda a la ciudadanía, sin avergonzarse de modificar posiciones y degradar cada vez la vida cotidiana y los proyectos vitales.
A su vez, la política de crueldad y represión que lleva a cabo el Poder Ejecutivo Nacional con ajustes y cercenamiento de derechos sociales, limita en todo sentido la salud de las y los jubilados con gran impacto sobre sus subjetividades y salud mental.
Consideramos que el respeto y cuidado que una sociedad pueda ofrecer a sus adultos mayores no solo permite profundizar los lazos de solidaridad sino también implica el reconocimiento de las generaciones anteriores y la pertenencia de cada uno y una de nosotras a una historia que nos precede. Solo de este modo tendremos posibilidades de construir un proyecto que nos incluya a todos y todas.